lunes, 1 de octubre de 2018

Poema para una niña sin mar.

Negados ante un tratado errático,
en su interés imperialista,
surgen los caudales de histerias,
de los malditos nacionalistas.

Apestosos y primitivos como siempre,
sin saber lo que es la patria grande,
hablan de guerra y gritan muerte,
sin poner un dedo en su frente.

Odiosos y egoístas pendencieros,
todavía sienten vivir en el medievo,
lanzando proclamas por dinero,
ocultan a los verdaderos rastreros.

Perdón de antemano por ellos, hermana,
madre y abuela de infinita memoria,
tendrán las herramientas de la estructura,
pero nada de justicia de la historia.

Cual vendrá y castigará a destajo,
la prohibición heredada a tus pies morenos,
de besar las costas de un pacífico,
soñado y disponible a un mundo entero.

Usurpado y violado sin fallo aparente,
nunca perdido en tu corazón de madera,
recuerdan el dolor manejado entredientes,
la pena gigante de un pueblo de banderas.

!Se como pocas cosas, hay mucho por reparar,
digan lo que quieran esas falsas cabelleras,
sentencia aparte o jurisprudencia maloliente,
pondremos termino a tu condena para siempre!