lunes, 23 de mayo de 2022

Trapos de poleras negras colgados al sol

Llevamos toda la vida haciéndonos cargo de lo que no somos

ni escaleras que conducen a lugar alguno

ni parafina arrojada sobre la tierra roja del invierno.


Anteponiendo nuestro deber al deseo apagado de la rabia

nos comentamos con algunas cosas

nos rellenamos en círculos

nos comemos en el hambre.


lunes, 9 de mayo de 2022

Circuito Interno - I

En la entrada perfecta de la síntesis

de un umbral antiguo lleno de tierra

con la vivencia insólita del odio

siente su aroma el color de la risa

oculta en la estructura ruinosa del fín

violenta la noche estrellando clavos densos

contra murallas asombradas de la locura del mundo

los polvos ketaminosos sueltan la magia perdida

enfrenta cuerpos negros a cuerpos grises

con colores danzantes de pieles desprotegidas

bailando en el solsticio de una jugada 

llena de gracia y desgracia 

contra el espacio del sumidero insumiso 

en el escenario oculto del mundo

juntando en sillones vivenciales los cigarros 

prendiendo y apagando la oscuridad

luciérnagas suscritas en su demencial luminiscencia 

la promesa del viaje espiritual y la dureza del campo de concentración

reflejo de la voluntad incólume de ser parte de la masa

sin ser parte de la corriente continua

los dedos cadavéricos

la corriente alterna del circuito cortado. 




miércoles, 4 de mayo de 2022

Impresión al pánico

Las mortajas frontales del porvenir, la voz pecaminosa del ser perdido

no es una intención de crear condescendencia o simpleza en el acto

sino un irracional enfrentamiento al futuro desparpajado

desde la pérdida terrible de saber que somos y que no.


Mis escalones no alcanzan las raíces de un árbol dormido por donde tropiezo al fondo de la casa

tampoco lo hacen los tobillos donde afirmo mis entrañas para evitar caer entre los mareos 

pensando cada paso que en tu dirección me acerca

inválido optimista llenando las tardes de lunes acontecidos.


Sin asombro pedido, sin novedad alguna, me vuelco

en esa frontera causal llamando a tu piel erizada

como una gata negra asustada en la esquina de una oscura pieza en una casa abandonada

a la que me acerco, como un puñado disuelto en el agua milagrosa del sudor

no contengo la arrogancia de mis pieles cayendo, dejando su rastro en las chaquetas

en los colores opacos más opacos cuando se ven en la oscuridad sempiterna

en la atmósfera incandescente del otro

en la guerra insípida del ser 

en la locura temprana del amor. 


Nunca tuve la oportunidad de sanar mis heridas

las lamia como un gato lame su carne abierta y sin avaricia mira surgir la sangre verde/rosada/limón

sople los bordes de mis lamentos y consumí el extracto de mis sesos

a punta de palas repartí mi carne entre los comensales que asombrados exigían redención 

para caer sobre la misma circunstancia de no saberse con lugar

de no quererse con miedo

de no amarse sin pánico.