miércoles, 4 de septiembre de 2019

escarnio público

volví la vista por el ruido
choque solido y seco
de un fierro de banco de plaza
destrozando la cabeza del imputado
sin policía
sin justicia
sin prueba alguna
solo la dominación del rico
haciendo creer al pobre
que el pobre
es el enemigo.

la sangre boto su carácter
roja de enojo
brotó el macetero del niño
rompí en llanto por el hecho
me sumergí en mi vergüenza
busque mi promesa
mientras perdía el peque
su oro y sus dientes
como si fuera un juego.

Teníamos una promesa que perdimos

Recuerdo cuando era una toronja
me dijiste:
-Prometeme que siempre me harás el amor-
yo, colindante a tus mejillas
lo prometía.
tu también.

entonces, el juego se puso más complejo
los lavarropas se acumularon
la casa llena desato su rabia
mis ojos fumaban las dosis que compartiamos
y que dejaste de compartir
para hacerlo contigo misma.
ese fue un error.

me reí, mientras llorabas
aguanté tus golpes
morí de vergüenza
durante un buen tiempo
no pude volver a caminar de cabezas
por el miedo a que vieran los moretones
incesantes y subiendo siempre
entre mis piernas

comensales perdidos

someten sus bocanadas de alimento, entre
las caricias de la joven sudaca, se ven
en los espacios dejados, al
cipariso acongojado de blanco, pero no
tiene idea de lo que significa esto, ni aquello
o de más que todavía no asiente, como caballo
la figura lúgubre de la quinoa, fresca y
rendida a los pies salinos.

sectarios ojos la observa, comensales
incidentes de poca monta, o ropas
cautivas de las piernas moviles, las lanzas
claras y radiantes, esquivando
un momento de proyección, choque
o caricia en forma de propina.




lunes, 26 de agosto de 2019

Patria

Cerrar con el filo de mi ojo la punta de diamante que se forma en la comisura de tu boca
posicionando al centro en angustia, a la brama de un pedazo de tierra conquistado,
donde como niño, lloriqueo ante la ternura castaña de tus besos.

Y me preguntan entonces, ¿Donde esta mi patria olvidada?

No tengo patria
no tengo idea parecida a lo que creemos es la consigna
de tierras quemadas, las cuales
no tienen el sabor a patria
ni siquiera caben dentro de la figura, irreal de tu espera
de tu congoja
de la insumisa canción que avala tu idioma
de las palabras articuladas por tu boca
himno vocal de la pertenencia al relato
al ingreso
a la deuda extranjera
al llamado insurreccional de tus puños
golpeando el borde de mi cintura
con sus manos abiertas
evitando la mirada fija
al sobresaliente deseo de mi hogar
arropado en tus brazos
razón o fuerza
del llamado a la liberación.

las canciones se van callando, según tu vas mirándome.

Encierro entre canastas de ropa
una vieja usanza conocida
sabida por mis posaderas de lino
entibiadas entre tus manos de zurcidora
abierta a la pena correcta
incierta o abismante como para relatar
el forro de tus lagrimas fondeando
las hojarascas que fueron mis llantos
sonando de a poco entre tapujos
yéndose libradas por la constipada
sensación de olvidarte
como palabras frías
al final de la canción
terminada por tus ojos verdes
muchacha envuelta
en llamaradas solares.

viernes, 25 de enero de 2019

Explota.

Si sientes que tu corazón va a explotar
dirige la metralla
al centro de mi boca
convertida en el polvorín
donde acumulo la nitroglicerina
profunda de mi espera.