Si pudiera un día de estos sentarme frente a tus ojos
y preguntar entre comillas cuales son las mejores posiciones para observar el acontecer
seguramente iríamos dentro de un coloquio de venturas y desplazamientos pero un propio error no me dejaría salir de acá como tampoco lo hizo el triciclo de las señoras pasando por entre el agua y los rios de Santiago cuando llueve.
todavía no lo hace
suele ser más difícil regalarme entre estos pecados mortales sin afinidad ni tapujo alguno sin los verdaderos seres de la noche apasionados entre sus cobijos perdidos jugando a ser lo que no pueden ser cuando apareces.
solo la verdad se plantea como la forma cierta de reconocer lo que uno es y lo que uno busca ser
se vuelve como una canción de cuna que no tiene sentido
cuando se recita entre medio de vendavales llevados en contra
por lo tanto no queda espacio para la súplica
solo un inestable teatro de pantomimas
un rezago infame
un calabazo lleno de terrores nocturnos
en los que apareces
diciéndome que si a todo.