Y el peso en las rodillas
Es necesario para evitar volver
Para comer
Olvidar lo que fuiste
Aprender lo que no serás
Reírme en un manantial
Lleno de tus recuerdos
Y secarme de olvido.
Y el peso en las rodillas
Es necesario para evitar volver
Para comer
Olvidar lo que fuiste
Aprender lo que no serás
Reírme en un manantial
Lleno de tus recuerdos
Y secarme de olvido.
Agradeceré a los dioses que no existen.
Seguramente seguiré pagando mandas hasta mi último aliento.
Cada cierto tiempo miraré al pasado y reiré a destajo, medio loco
- me dirán senil -
Todo sea
por el tiempo que estuvimos juntos.
Tengo un recuerdo insolente
busca cada pedazo que quedó
de ti y lo sobajea
contra mi lóbulo frontal
hasta gastar mi presente
con tu memoria.
Un día de estos
creí que este recuerdo moriría solo
de edad, como todos lo hacemos,
pero la evocación del réquiem que te compuse
parece no estar atraído
por la fuerza de gravedad.
Si logro algún día
hacer que me quieras
seguramente el destino
borrará mis acuosos
campos de soledad
y partiré sonriendo
a una fiesta donde cada espejo
es un ciclo de coyuntura.
Me gustaría ser esa poesía que te puede convencer de quererme.
Intrépida
Ágil
Irreal.
Como el hecho imaginario de volverte a besar, ahora si, con mis palabras.
No hay promesa más vacía que un símbolo imperfecto de gracia
de penuria, dolor negro petróleo.
Por eso mi sangre grita
mis ojos beben
mi lengua se ríe nostálgica de tu espina
y me falta el lugar del corazón donde posar la gema opaca de tu deseo.
Lamentablemente mi pasado
no tiene futuro
siendo la ventaja de anteponer uno en el sacrificio
al resto enmarcado en la falta de apetencia.