acá me encuentro de nuevo
sin saber de ti
sin creer que exista posibilidad de encontrarnos
en esas dimensiones del tiempo y espacio
en esos lugares
lejanos
donde reptan las fronteras insaciables
los jugosos dulces de granadas
los ríos
las mortajas
las incasables hojas del tiempo
cayendo sobre el dolor propio de los hechos
imaginando la voluntad terrible del deseo
las personas acumuladas a las puertas del claustro
y un sin numero de casas
que se van quemando como pasto seco
y dentro de esa lógica
mi amor se vuelve sincero
un pedazo de carbón
un trozo de piedra
y la razón propia del destino que se lleva los ríos corriendo
como sangre
como furia
como ser llamado a morir solo
en la angustia del dolor
calamitoso
enfadado de tu falta de presencia.