Antes de que el tiempo
nos haga olvidar de alguna forma
lo que fue nuestro despertar
te quiero contar, Emmé Malek
que paso en octubre de 2019.
La injusticia, como arma de opresión
provoca,
tal como cualquier enfermedad,
la activación de los cuerpos moviles.
Durante decadas, siglos,
esta franja egoísta de tierra
es dirigida por buitres comensales
devorando festínes
botando restos
a sus mediocres lacayos
usando el progreso
como fuente de opresión.
Y un día,
alimentados de la eterna juventud
saltando los obstaculos opacos de lo falso
los cuerpos de la ciudad
estirarón sus brazos
como lo haces tú, cuando despiertas
tratando de entender
como el cuerpo propio de la rabia
se hace vida en los contextos del tiempo.
Y un día,
los atomos de un pueblo
chocaron con el nucleo inamovible del egoismo
así el mapuche convertido en vertebra
levanto la decendencia heredada
de Leftrattu, de Catrillanca
la sonrisa de Catrileo
revosando el espacio de una noche
incendiada de movedizas fuerzas
de encapuchados besos y ternuras
regeneradoras del dolor.
Hijo, aunque todavía no lo sepas, nuestra carne es musculo y grasa
la fuerza de la historia tensa nuestra respuesta
y la masa de nuestro sueño empapa la larga travesía de la liberación.
Pero hijo, esta no es historia nueva
tus abuelos lucharon contra un dictador
y sus padres lucharon contra el hambre
nuestra generación debío enfrentar el veneno
creada por los miedos medios de dominación
pero tal como antes
existieron heroes de antaños
los que nos enseñaron de miguelitos, de autodefensa y como
el perro del amo, no entiende que la mano que protege
es la misma que lo amortaja
en trajes verdes, en escopetas homicidas, en la muerta convertida en ganancia
como cuerpo sobre ellos no recae misericordia alguna
eso lo debes saber de pequeño.
Hijo, también es necesario decirte que estuvimos a la altura
y las marcas en nuestros cuerpos son el testaferro sentido
de una historia que los libros evitan olvidar
por eso te cuento esto, en la unica forma que sé
en la unica forma que nos queda.
y te lo cuento ahora, porque mañana tocará el turno
de que des la guerra de tu época
por eso te hablo del pueblo palestino
del IRA y de Santucho, del Che y de Tamara
para que sepas quienes estuvieron antes
pero no creas que estarás solo,
estaré a tu lado, como han estado al lado mío
mojaré tu cara con liquido fraterno que permite el paso entre lacrimogenas
rompere las piedras que cargaran tus brazo y arrojarán tus dedos
incendiaré las barricadas que defenderán tu repliegue, cuando sea necesario
y pondré mi cuerpo a las balas
como tus abuelos lo hicieron conmigo
como el deber del pueblo manda
como me enseñaron antes a mi
las armas con que se levanta
a un pueblo que aún sigue dormido.